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Fotografiar a un niño es un trabajo bastante distinto al de fotografiar a un adulto. Normalmente con los niños (a excepción de los que sean modelos), el tema del posado no es un punto fuerte, y aunque consigan realizar la postura que les marcas, los resultados suelen ser bastante forzados, apareciendo estos rígidos e incómodos.

Cuando fotografiamos a un niño nuestro propósito es capturarlo de la forma más natural posible, para mostrar así su verdadera personalidad, y es por ello que hemos querido recoger todos los consejos que pueden ayudarte en esta misión, en esta guía completa de fotografía a niños pequeños.

Fotografiar a los Peques de la Casa

Como te decía, fotografiar a los niños es un trabajo bastante diferente a fotografiar otro tipo de motivos fotográficos. Primero porque requerirás unas necesidades técnicas diferentes, en las que la rapidez a la hora de trabajar para no perderte el instante decisivo será de vital importancia.

Y después porque los argumentos que emplearás para dirigir a tus pequeños modelos serán muy distintos a los que utilizarías en una sesión de retrato a un adulto, al igual que la interacción que tengas con ellos tendrá un tono mucho más cariñoso y amigable.

Ya sea porque quieres tener fotografías preciosas de tus hijos/sobrinos/familiares, o porque te han pedido que realices una sesión de niños, a continuación veremos cuáles son los mejores consejos que encontrarás a la hora de fotografiar a los más pequeños de la casa.

1. Paciencia

Si hay que tienes que tener claro cuando fotografías a niños es que necesitarás una buena dosis de paciencia. No todo iba a ser un camino de rosas, claro. Los niños se distraen con cualquier cosa y cambian de actividad a cada instante. Se darán la vuelta, se taparán la cara, se moverán…

Que sea agradecido hacer fotos a los niños no significa que vaya a ser fácil. Vas a necesitar mucha paciencia. Ve a su ritmo, tómatelo con calma, no tengas prisa con ellos. Seguro que a lo largo de la sesión vas a conseguir buenas fotos, pero te va a llevar más de cinco minutos conseguirlo.

Si tienes prisa porque tienes algo que hacer, es mejor que dejes la sesión fotográfica para más tarde. Resuelve todas las tareas pendientes que tengas antes, y sólo dedícate a hacer las fotos cuando hayas resuelto el resto de temas, porque necesitarás algo de tiempo para poder trabajar a gusto.

2. Mantente Siempre Atento, No Bajes la Guardia

Cuando trabajamos con niños cada momento es una oportunidad única de conseguir una gran toma. Por norma general no suelen estar quietos durante mucho tiempo en un mismo lugar, por lo que aprovecha y mantente atento ante esos momentos únicos y dispara todas las tomas que puedas. Deberás estar preparado para moverte rápido por si algo sucede.

Aprender a anticiparse a lo que pueda suceder y saber colocarse para capturar una buena toma es de vital importancia, tanto en fotografía a niños como en cualquier otra temática.

También es importante que seas consciente de que si revisas mucho las fotografías que has realizado en la pantalla de tu cámara, puedes estar perdiéndote otra gran captura, así que evita estar revisando continuamente las tomas. Cuando tengas los valores con los que quieres disparar la toma controlados, busca a foto. Ya tendrás tiempo de revisar las imágenes en casa.

3. Sesiones Cortas para No Cansarlos

Es importante que el niño esté cómodo cuando vayamos a realizarle la sesión. La duración de ésta deberá ser corta para evitar cansarlos, aproximadamente de una hora. Además, es aconsejable que escojas el momento adecuado para hacerla, como por ejemplo después de que hayan comido o se hayan echado la siesta, lo que te ayudará a evitar que se sientan indispuestos a causa de tener hambre o sueño durante la sesión de fotos.

En cualquier caso, cuando el niño se sienta cansado empezará a mostrar señales de ello, por lo que deberemos estar atentos a ellas y terminar entonces la sesión.

4. Convierte la Sesión en un Juego

Aunque los niños pequeños muestran más predisposición que los adultos para que les hagan fotos, también se cansan rápido.

A su edad no piensan en otra cosa más que en jugar y divertirse. Por ello, es una buena práctica convertir la sesión fotográfica en un juego.

Debes conseguir que tanto tú como ellos seáis parte del juego. Llama su atención o pídeles que hagan algo, pero de forma natural. Olvídate de que les estás haciendo fotos e intenta que ellos se diviertan. Si perciben la sesión como un juego y consigues que participen en él, la predisposición para que les hagas fotos será mucho mayor.

5. Adecúate a su Edad

No es lo mismo fotografiar a un bebé que a un niño de 6 años. La interacción del fotógrafo con ellos cambiará bastante según la edad del pequeño, así como también los métodos que utilicemos para captar su atención y hacerle sonreír.

6. Sé Rápido Cuando Trabajes con Ellos

Tienes que reservarte tiempo para la sesión, pero una vez que dispongas de ese tiempo, tienes que aprovecharlo. Que tú cuentes con media hora no significa necesariamente que el niño te la vaya a conceder. Es probable que se canse pronto porque tenga hambre o sueño, o simplemente se aburra con los juegos.

Intenta tener todo el material fotográfico preparado a la hora de comenzar la sesión. Si te dedicas a configurar la cámara o el flash después de empezar, es probable que desaproveches buenas ocasiones para tus fotos.

Por otro lado, cuando vayas a guiar al pequeño, trata de hacerlo de forma ágil, ya que mientras le dices lo que quieres puede que él te imite pero ya no lo repita más, así que tienes que ser rápido y disparar enseguida para no perderte la oportunidad de una buena captura.

7. Olvídate de las Poses

Con un niño es muy difícil seguir una guía de poses. Aunque te coloques tu a su lado y le enseñes la postura en la que debe colocarse, es un niño, y seguramente se cansará pronto de esa dinámica porque se aburrirá. Es mejor que dejes que sea él mismo, que se exprese como lo haría si no estuviera la cámara delante.

Déjale que explore el entorno en el que se encuentra o juegue con algún juguete que tenga. De este modo las sonrisas y las expresiones naturales aflorarán, y podrás capturar esos momentos tal y como son sin forzarlos. Las fotos serán mucho más sinceras, y retratarás su verdadera personalidad.

Piensa que las mejores fotografías serán aquellas en las que los niños aparecen tal y como son, no como quieres que sean.

8. Algunas Ideas para Dirigirlos

No podemos quedarnos esperando a que el niño aparezca super fotogénico sin más, en el mejor lugar y con la mejor luz. Vamos a tener que dirigirlo mínimamente, pero no como lo hacemos como cuando fotografiamos a un adulto. Tenemos que convertir esas direcciones en una experiencia divertida y relajada para el niño. No es algo fácil, pero aquí tienes algunos trucos que pueden ayudarte.

Siéntalos en una Silla y Dales Algo que Hacer

Como ya hemos comentado, los niños son muy escurridizos, no paran de moverse siempre que pueden, es por ello que un buen truco para que se calmen un poco es pedirles que se sienten y darles algo qué hacer con lo que se pueden entretener. Pídeles que dibujen o pinten algo, que lean un cuento… verás como se concentran en su tarea y te dan margen para que puedas realizar unas cuantas capturas en las que la concentración aparezca en sus rostros.

Cosquillas

Si hay algo que suele sacarle sonrisas a los niños son las cosquillas. Así que si notas que tu pequeño modelo no está muy sonriente, siempre puedes pedirle a sus padres, hermanos o amigos que le hagan cosquillas. La alegría impregnará esas fotos sin duda.

Frases Clave

Aunque no funcionarán siempre, y no con todos los niños, estas frases que te mostramos a continuación pueden ayudarte a que el niño se vaya relajando poco a poco y se sienta cómodo en la sesión, de forma que colabore sin darse cuenta para lograr una fotos estupendas.

  • ¿Podrías subirte a este columpio? ¡Madre mía, no sabía que podías subir tan alto!
  • Hagas lo que hagas, procura no sonreír. ¡Ey, te dije que no sonrieras! (La psicología inversa nunca falla :P)
  • ¿Dónde podríamos colocar tus manos? ¿Y si las guardamos en tus bolsillos?
  • ¿Podrías aguantar el árbol con tu espalda? Muchas gracias, ese árbol estaba agotado de sujetarse solo.
  • Vamos a jugar a “Simon dice”. Todo lo que Simon diga, lo tienes que hacer, ¿vale?

Utiliza Accesorios

Apóyate en cualquier objeto que pueda servir para distraer al niño. Puede ser su juguete favorito, aunque no tiene que ser necesariamente un juguete. También sirven otros elementos de su vida cotidiana, como los accesorios que usas habitualmente para darles la comida.

Recuerda, eso sí, que el objeto que le des para que se distraiga no debe poner en peligro su seguridad.

Usa Juguetes en el Objetivo para Captar su Atención

¿Sabías que existen juguetes que se enrollan en el objetivo para captar la atención de nuestros pequeños retratados y sacarles una sonrisa? Es un truco bastante sencillo, pero desde luego conseguirá llamar su curiosidad.

Pídeles que Corran Hacia Ti

Otro método para conseguir que salgan naturales es pedirles que corran o salten hacia ti. Al estar concentrados en una actividad, se olvidarán de la cámara, concentrándose e lleno en lo que están haciendo.

¡A Cantar!

Una manera de jugar con ellos y conseguir que participen en el juego es cantar. Por norma general, a la mayoría de los niños les gusta cantar, así que elige una canción que conozcan y canta con ellos. De este modo que se centrarán en recitar la canción y participarán de lleno en la actividad que les estás planteando, sin darse apenas cuenta.

Se trata de una forma de involucrarlos en la sesión y hacer que se sientan cómodos y se diviertan, al mismo tiempo que consigues fotos suyas con expresiones de lo más alegres.

Juega con Ellos

No hay nada para ganarte la confianza de un niño que demostrarle que tú eres uno más de ellos. Si juegas con ellos, si les haces muecas, o te tiras con ellos por un tobogán les demostrarás que te gusta divertirte tanto como a ellos, y que la sesión no será para nada aburrida, al revés, se convertirá en un juego.

Que Practiquen sus Actividades Favoritas

Si permites que los niños practiquen sus actividades favoritas, estarán entretenidos y se olvidarán de la presión que puede estar causándoles la cámara. De ese modo podrás obtener tomas de ellos haciendo lo que les gusta, y en sus rostros se verán expresiones de lo más naturales y sinceras.

9. Pon Atención a su Personalidad

Hay niños que son extrovertidos, otros inquietos, introvertidos, calmados, tímidos, serios… Y no con todos ellos podrás seguir las mismas estrategias. Deberás prestar atención a las señales que te dan y adaptarte a ellos, que son los que de verdad dirigen la sesión.

Puede que des con una sesión más seria de lo que esperabas al trabajar con niños, pero lo importante es los muestres como son ellos realmente, así que no les pidas que hagan algo con lo que se sientan incómodos.

10. Prepara la Cámara y el Equipo

Para una sesión con niños, es mejor trabajar con el mínimo equipo posible. No puedes estar montando trípode o cambiando de lente cada dos por tres, porque eso provocará que te pierdas muchos momentos clave que podrían proporcionarte buenas fotos.

Objetivos

Así pues, elegir la lente con la que trabajarás es una decisión importante. Lo ideal es que esta sea suficientemente luminosa, pero que te permita en la medida de lo posible cubrir diferentes distancias focales para no tener que estar cambiando de objetivo continuamente.

Lentes como un 24-70 mm, o un 15-85 mm pueden ser buenas opciones. Si por otro lado eres de los adoran la nitidez y el bokeh que producen las lentes fijas, puedes optar por ellas perfectamente, pero sabiendo que tendrás que moverte más para conseguir el plano que deseas.

Modo Ráfaga

Insistimos de nuevo. Los niños, especialmente los pequeños, no suelen parar quietos ni un solo momento. Son activos y se mueven muy rápido, por lo que deberas estar listo para disparar las tomas de forma ágil. A veces no tendrás la posibilidad de afinar el enfoque tanto como te gustaría antes de lanzar la toma, y en muchos casos necesitarás capturar el momento antes de que empiece.

Todo esto puede parecer una locura, pero hay un modo en nuestras cámaras que nos ayudará a conseguirlo, y es activando el modo ráfaga o modo de disparo continuo. Con él nos aseguraremos de captar de forma continua varias fotos seguidas de un misma acción, para no perdernos ese gesto único que ha hecho el niño mientras saltaba, o mientras miraba a sus padres. Así pues, activando el modo ráfaga aumentaremos las posibilidades de captar su mejor expresión.

Enfoque Continuo

Otra de las configuraciones que deberemos tener preparada es la del tipo de enfoque con el que trabajaremos. Lo ideal para este tipo de sesiones es seleccionar el modo de enfoque continuo o de seguimiento. A diferencia del modo que solemos emplear habitualmente, con el que bloqueamos el enfoque cuando presionamos el botón del disparador hasta la mitad, en este caso la cámara rastreará cualquier objeto en movimiento a medida que se acerque y aleje de la cámara. Hay incluso algunas cámaras que se anticipan al momento, ayudándonos a lograr que la imagen que obtenemos sea nítida.

También puede resultar interesante que disociemos la función de enfoque del botón de disparo. Muchos modelos de cámaras tienen ya un botón específico para el enfoque, o botones para personalizar en los que podemos asociar la función de enfoque, de forma que con este botón enfoquemos, y con el de disparo tomemos la fotografía. Aunque aparentemente parece el mismo proceso, la diferencia radica en que una vez hemos enfocado, podemos estar esperando el momento adecuado sin tener que mantener pulsado ningún botón.

Velocidad de Obturación Rápida

¿Te hemos dicho ya que los niños se mueven constantemente? Es por eso que para poder congelar el movimiento en nuestras fotos y que éstos no salgan con desenfoque de movimiento, deberemos disparar a una velocidad de obturación elevada.

¿Y cuánto es rápida? ¿Es suficiente con 1/160 s? Pues no hay una respuesta concreta, porque dependerá también de las condiciones lumínicas que tengamos en el entorno y de los ajustes que tengamos que hacer para lograr una correcta exposición de la toma.

Lo mínimo sería el valor que nos proporcione la ley de la focal inversa, que viene a decirnos que la velocidad mínima con la que podemos disparar sin trepidaciones, es aproximadamente la inversa a la focal que estemos empleando. Así pues, si disparamos con un 50 mm, nunca bajaremos de 1/50s. Aunque como en muchas cosas, afectan más factores a la ecuación, como una correcta sujeción de la cámara o la luz que tenemos en el entorno, así que lo mejor es que realices algunas pruebas y determines cuál es el valor que mejor funciona en tu caso.

En Cuanto a la Apertura de Diafragma…

Ver una fotografía en la que el niño destaca sobre todos los elementos porque hemos trabajado con una profundidad de campo escasa puede ser increíble, pero también es cierto que tiene sus riesgos.

Utilizar aperturas de diafragma amplias nos permita por una parte tener una mayor luminosidad en la escena, y por otra conseguir una profundidad de campo escasa. El problema radica en que estamos trabajando con sujetos que se mueven constantemente, por lo que conseguir un enfoque preciso con aperturas amplias, aumentará el grado de complejidad a la hora de conseguir una buena captura.

Puedes probar primero a desenvolverte con aperturas intermedias, como un f/5,6 o un f/4, y conforme te vayas sintiendo más cómodo, o viendo que tu sujeto se va calmando y no se mueve tanto, puedes probar a experimentar con aperturas más amplias todavía y dejarte llevar por su encanto.

11. ¿Luz Natural o Flash?

¿Cuándo deberemos optar por usar luz natural o luz del flash? Esta es una pregunta muy común entre los fotógrafos principiantes. Y la respuesta es sencilla, opta por el flash cuando no tengas suficiente luz, o cuando la luz de la que dispones no sea buena del todo.

La Luz Natural, Tu Mejor Opción

Cuando trabajamos con un niño nuestra atención debe recaer completamente sobre él para no perdernos ningún momento clave. Si tienes que preparar mucho equipo material para la sesión, como flashes, reflectores, difusores, etc., estarás tan pendiente de que estén bien colocados, que te distraerás de lo que realmente importa, tu sujeto.

La luz natural además nos permite trabajar en entornos que no estén tan limitados, y eso es algo que al niño le gustará.

Existen muchos consejos que puedes seguir para tratar de que de la luz natural con la que trabajas sea la mejor posible para tus retratos. Colocarte en la dirección adecuada teniendo en cuenta la posición del sol, aprovechar los contraluces o buscar la sombra, son solo algunos de ellos.

Cuando No Hay Suficiente Luz o la Luz No Es Buena

Hay ocasiones en las que lanzamos nuestra foto y comprobamos que sale demasiado oscura. Esto puede deberse a varios factores, como a una incorrecta configuración de la cámara, o por falta de luz en la escena.

Si se trata del segundo caso y necesitamos luz extra para poder obtener un buen retrato, entonces podemos optar por utilizar focales más luminosas que nos permitan trabajar con aperturas más amplias, subir la sensibilidad ISO aunque ganemos algo de ruido, y reducir un poco la velocidad de obturación, pero ojo porque si la bajamos demasiado y nuestro sujeto se mueve, aparecerá borroso.

Tenemos también una solución más segura, y es la de emplear un flash. Este accesorio no solo te permitirá trabajar en localizaciones poco luminosas como puede ser un interior por ejemplo, sino que también te servirá como flash de relleno en un exterior para suavizar las sombras que produce la luz dura propia de las horas centrales del día.

Es interesante, sobre todo si trabajas en interiores, que el flash no lo dispares directamente sobre el sujeto, sino que lo rebotes en el techo o una pared, ya que así la luz será más suave y uniforme.

Eso sí, recuerda que si usamos más equipo, más riesgo correremos de perdernos buenos momentos. Además, el flash puede resultar molesto para los niños, sobre todo para aquellos más pequeños, así que en la medida de lo posible, intentaremos no abusar de él.

12. Sitúate a su Nivel

Si realizas todas las fotos de la sesión de pie, los niños siempre serán vistos desde arriba, en un plano picado, el cual pueden producir cierta sensación de inferioridad, vulnerabilidad o debilidad. No pasa nada si tienes alguna toma desde esta posición, pero no te limites solo a ella.

Agáchate, ponte de rodillas, haz lo que necesites para situarte a su misma altura, y entonces haz las fotos como si fueras un niño más que contempla la escena, de igual a igual.

Desde esta perspectiva las fotos saldrán más naturales e interesantes, y además, por una parte evitaremos acentuar las posibles distorsiones de la óptica de tu cámara, y por otra asustar al niño, ya que si éste mira hacia arriba y ve a un adulto fotografiándole con una cámara que tapa gran parte de su rostro, puede llegar a asustarse.

13. Varía Tus Disparos y Juega con las Escalas

Cuando pensamos en retrato siempre nos viene a la mente el rostro de una persona, pero también existen retratos en los que éste no es el protagonista. No te centres solo en el rostro, puedes sacar al niño corriendo hacia una playa o un parque, o sacar sus manos llenas de pintura mientras realizan un dibujo. Todos estos detalles también forman parte de él, y ofrecen variedad dentro del conjunto de fotos que obtendremos de la sesión.

Otra cosa que también es recomendable que vayas variando es la escala y el ángulo desde el que lo sacarás. Si todas tus fotografías ofrecen un plano medio del niño a la altura de sus ojos, al final las tomas serán casi todas iguales. No tengas miedo en moverte, en agacharte, en subirte a un muro…

Puedes cambiar el punto de vista desde el que haces las fotos. La mayoría de las veces las mejores fotos se toman desde puntos de vista inusuales. así que no pierdes nada por hacer la prueba. Conviértete en un niño más y explora diferentes tipos de plano que hagan que la sesión sea divertida y amena, y de la que obtendrás fotos diferentes.

14. Enfoca a los Ojos

Esta es una regla de oro en fotografía de retratos, no solo en la de niños. Cuando estés enfocando para hacer la foto, enfoca siempre a los ojos. Estos tienen la capacidad de atraer la mirada de quien observa la fotografía y hacer que la imagen resulte más atractiva.

Intenta que les llegue algo de luz para que cobren vida, y apóyate en los puntos de enfoque para lograr que estos salgan bien nítidos. Además, también intentaremos que en ellos se muestre principalmente el iris y la pupila, y que el área blanca no se adueñe de ellos.

Puedes utilizar una profundidad de campo tan pequeña como quieras siempre y cuando mantengas los ojos enfocados. Sin embargo, si no logras que los ojos salgan enfocados, la captura perderá bastante interés, salvo en una excepción.

La excepción es el tipo de retrato en el que queremos centrar la atención del espectador en otra parte del cuerpo, como por ejemplo en sus manos o en su sonrisa.

15. Hazles Reír y Consigue Tomas Divertidas

Hemos dicho que a los niños les gusta jugar, y si conseguimos que jugando sonrían, tendremos dos buenos argumentos para lograr fotos increíbles.

Primero y uno de nuestros principales objetivos, es que si ellos se divierten estarán más distraídos, se lo estarán pasando bien, y será más fácil hacerles fotos. Y segundo, si los niños se ríen las tomas serán más naturales y divertidas.

Por supuesto siempre hay excepciones, y en esas ocasiones es mejor conseguir una expresión neutral que una sonrisa forzada.

16. Pide Ayuda

Si estás realizando la sesión de fotos a un niño con el que tienes poca confianza, pídele ayuda a sus padres. Indícales que se sitúen a su nivel justo detrás de ti, sin que aparezcan en el encuadre. Los ojos del niño se dirigirán a ellos directamente, y así se olvidará de la cámara y mostrará una expresión más sincera.

Además, siempre pueden decirle algo gracioso o hacerle muecas para conseguir sacarle una sonrisa.

17. Cuida la Composición

La composición es una parte muy importante en fotografía, y en este caso no iba a ser menos. Sí que es cierto que debido a la inquietud de nuestros sujetos, en muchas ocasiones tendremos que adaptarnos un poco y romper las llamadas reglas de composición a favor de captar un momento único, pero por lo demás algunos trucos que nos pueden ayudar son:

  • No centrar en todas las tomas a nuestros pequeños protagonistas.
  • Utilizar la regla de los tercios y situarlos en los puntos de interés del encuadre.
  • Acercarnos a ellos y rellenar el encuadre con su rostro, consiguiendo así un primerísimo primer plano con mucha fuerza expresiva.
  • Utilizar la poca profundidad de campo para dirigir la mirada hacia el niño.
  • Buscar fondos simples. Los niños a menudo se visten con prendas con patrones, dibujos de personajes o colores muy llamativos. Para lograr que destaquen en la composición, un buen truco es buscar un fondo neutro y simple que nos ayude a convertirlos en los auténticos protagonistas de la toma.

18. Incluye a un Amigo o Familiar

Hay muchos niños que se sienten nerviosos e incómodos ante la cámara. En estas situaciones una buena opción es dejar que se hagan unas cuantas fotos con alguien más, como por ejemplo un amigo, un familiar, o incluso una mascota.

El hecho de salir con alguien más ayudará al niño a relajarse y soltarse poco a poco. No solo distraerás su atención de la sesión fotográfica, sino que además te permitirá conseguir instantáneas familiares preciosas.

Pero ojo, porque solo hay una cosa más difícil que fotografiar a un niño: fotografiar a dos niños. Tendrás que multiplicar la paciencia para conseguir una buena foto de grupo si se fijan en ti. Pero en el momento que consigas pasar desapercibido para ellos, se presentarán ante tu cámara situaciones la mar de interesantes, en las que podremos contemplar la curiosa interacción entre ellos. Aunque puede llevar un poco de trabajo extra, el resultado merecerá la pena, ya que será mucho más sencillo captar al pequeño con una sonrisa o expresión totalmente sincera.

19. Olvídate de la Perfección Técnica

Puede que hayas planificado la sesión que quieres hacer al detalle, pero trabajando con niños lo más probable es que el resultado sea muy diferente a lo que esperabas.

Cuando trabajamos con niños tenemos que estar preparados para lo inesperado, y adaptarnos al ritmo que nos marcan ellos. Eso implica que probablemente no tendremos tiempo para configurar la cámara de la mejor manera, que algunos disparos nos salgan borrosos, o que alguna de las tomas esté cortada por el sitio que no debía… pero déjame decirte una cosa: si has conseguido transmitir una emoción con la foto, no importa lo demás.

A veces nos obsesionamos tanto con la perfección técnica que olvidamos que el propósito de una fotografía es transmitir algo, una emoción, un mensaje, una historia… Por supuesto esto no es una invitación al “todo vale”, pero debemos ser conscientes de que la técnica debe estar al servicio de la emoción que transmita la imagen, y no al revés.

En vez de esperar a tener la configuración ideal, la luz perfecta, el lugar, y conseguir que el niño muestre la expresión que queremos, concéntrate en hacer que el niño esté agusto, se divierta, y entonces dispara.

20. No lo Fuerces

Habrá situaciones en las que el niño no se sienta cómodo, al revés, puede que incluso se enfade porque no le apetece estar haciéndose fotos. En estos casos es mejor que no insistas, guarda la cámara y respeta su privacidad.

Si estuvieras en su lugar agradecerías que lo hicieran. Seguro que habrá muchas más ocasiones para que puedas intentar llevar a cabo la sesión, y él se sienta más predispuesto a ello.

La clave cuando fotografiamos a niños es no forzar la situación, hay que ser pacientes y tratar de interactuar con ellos hasta conseguir que se impliquen en la sesión y se diviertan. Al principio puede ser un poco frustrante, pero no desistas.

Y Si Quieres Saber Más…

Esta guía intenta ser completa, pero siempre se puede añadir información que nos ayude a complementarla. Como no queremos que te pierdas nada, a continuación te enlazamos algunos de nuestros artículos que profundizan en aspectos concretos de la fotografía a niños.

Consejos Generales

Fotografía a Bebés

Iluminación y Niños

Enseñando Fotografía a los Peques de la Casa

¡Saca al Niño que Llevas Dentro!

Aunque son muchos los que dicen que trabajar con niños puede ser complicado, es un reto que merece la pena aceptar. Los niños pueden hacer que las sesiones sean de lo más entretenidas y divertidas, y al final, además de fotografías estupendas, conseguirán que saques el niño que llevas dentro.

Si tú también tienes algún consejo para fotografiar sesiones de retrato a niños, no dudes en dejárnoslo en los comentarios y nos ayudarás a complementar esta guía.